AuTonoMía
Según la Real Academia Española una persona es autónoma cuando puede tomar decisiones personales sobre como vivir y puede desarrollar por si misma las actividades mínimas necesarias para realizar su vida diaria. Siendo las actividades básicas de la vida diaria “las tareas más elementales de la persona, que le permiten desenvolverse con un mínimo de autonomía e independencia, tales como el cuidado personal, las actividades domésticas básicas, la movilidad esencial, reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar órdenes o tareas sencillas.
La definición de la R.A.E. es clara pero, ¿qué sucede en salud mental, cuando de repente pasas de la autonomía a la dependencia total?
Por ejemplo, en un ingreso psiquiátrico, cuando sales tienes que pasar un proceso de recuperación y capacitación para volver a lograr sentirte autónomo.
Para mí la autonomía es como el motor de la persona.
Tras una crisis ese motor se para bruscamente y de nuevo hay que ponerlo a punto. En la capacitación y en la recuperación esta voluntad de ser, que es la autonomía, está totalmente mermada y hay que fomentarla. Todo se consigue paso a paso en este proceso de puesta a punto.
Primero vas tomando el control de tu medicación y visitas al psiquíatra. Luego vas incorporando responsabilidades en la rutina diaria, aunque sean cosas tan simples como comprar el pan… Desarrollar actividades que llenen tu vida es importante. Si creas una buena red social, con cosas que te motiven, evitas el aislamiento compartiendo.
La autonomía reside en el control que tienes sobre tu enfermedad. A más control mayor autonomía. Por eso aunque todo se vea mermado tras una crisis será más fácil recuperarse.
Yo ya he pasado por la puesta a punto varias veces y ahora sigo rodando tranquila pero alerta. Vivo con mi tía de ochenta y tres años. Yo la cuido y ella me cuida dándome cariño y amor. La rutina mata pero se supera con compromisos como el que tengo con la compañía de teatro Brots.
En el teatro he encontrado mi sitio, me hace volar, se me da bien y es en el escenario donde mejor se expresa mi locura. El entorno es muy importante, ya que hay dos tipos básicos, el que motiva y el que fomenta la dependencia. Yo creo que esta en ti poder llegar a decir me muevo con mis propios pies y confio en mis capacidades.
Adquirir responsabilidades es fundamental. No por tener un trastorno mental tienes que ser una carga para los tuyos.
Eugènia Rebollo, Presidenta de la Asociación Emilia
El contínuum Autonomía/Dependencia. Enfermedad y autonomía
El concepto autonomía, descrito por la Real Academia española (RAE), debe entenderse desde la psicología de la salud como un contínuum desde el nacimiento hasta el final de la vida. Sólo cuando nacemos y cuando nos encontramos en una situación de coma nuestra vida es totalmente dependiente de nuestros cuidadores.
Se entiende la autonomía personal como algo complejo siempre en interacción; la persona y el contexto en el sentido relacional a partir de la naturaleza biológicamente social, relacional e intersubjetiva del ser humano.
Dada la plasticidad y la naturaleza relacional, la mente se forma per experiencias de interacción desde el momento del nacimiento con los padres y el entorno social. Como consecuencia son las experiencias relacionales las que modifican las conductas y producen cambios.
El concepto de autonomía/dependencia dentro de este modelo psicológico sistémico y por tanto relacional, que descarta totalmente el modelo cartesiano de la mente, se decanta a favor de la primacía del contexto.
Dicho esto como introducción, la autonomía personal es desarrolla a partir de una perspectiva intersubjetiva. Los diferentes acontecimientos vitales, el cicle de vida, las enfermedades y los sucesos sociales significantes como la muerte de familiares, el paro, la inmigración…. modifican el contexto y exigen reajustes de les conductas autónomas y dependientes.
La Psicología médica estudia la influencia de la enfermedad en un espacio donde el sujeto y el objeto se solapan. La persona enferma padece una enfermedad y la enfermedad está en la persona. Estar enfermo significa en mayor o menor grado estar en una situación de debilidad y como consecuencia estar en una situación de dependencia. Durante el proceso de enfermedad se produce una situación de estrés ya que todo trastorno de la salud representa un daño o la alteración de una función poco controlable por el enfermo. También se ponen de manifiesto conductas y emociones que tiene que ver con falta de intereses, dependencia del entorno, sentimientos de vulnerabilidad, tristeza y percepción de poco valor, incapacidad e impotencia. De manera conjunta se ponen en marcha distintas conductas a fin de afrontar el status de persona enferma como son la necesidad de disponer de información sobre la evolución, de conductas para recuperar la salud, de decidir quien y cuando puede darnos soporte y las conductas que favorecen y estimulas la salud. Sin dejar de lado el aspecto relacional con los profesionales de la salud que permite reflexionar sobre los aspectos subjetivo de experiencia y a través del cual se consiguen cambios. Dicho de otro modo iniciar un proceso de control personal sobre el proceso de recuperación. No se puede obviar que el objetivo tanto de los profesionales como del propio enfermo consiste en beneficiar la salud en todos sus aspectos, dicho de otra manera favorecer la vida con la idea de que los paciente viven más allá del de los tratamientos médicos, psicológicos y farmacológicos. La ciencia avala la importancia que tiene para la recuperación la consideración de todos estos aspectos.
Cuando hablamos de autonomía /dependencia hemos de tener en cuenta lo que en psicología clásica de denomina apego. Este concepto, referido a menudo en los procesos primarios de la relación, en el sentido de buscar la presencia física de otras personas para percibir seguridad frente a peligros tanto reales como imaginarios, se modifica a lo largo de la vida. Si hablamos de autonomía y dependencia es con el fin de constatar que tanto los tratamientos como los ingresos provocan y estimulan conductas regresivas (aumento de las necesidades básicas) que alientan la dependencia. El proceso consiste en pasar de buscar una figura de apego protectora a usar la figura de apego como base de seguridad para finalmente buscar la figura de apego como ayuda/suporte en momentos de dificultad o situaciones de alarma.
Sabido esto se puede afirmar que todas las actitudes conjuntas de profesionales, usuarios de la salud, familia y entorno social ponen en marcha los aspectos autonómicos que desde el inicio de la vida ya se utilizan. Esto sin olvidar el trabajo personal ya que ningún cambio se consigue sin esfuerzo.
Todas las actividades orientadas a la formación, a la reflexión sobre la propia experiencia (Lifelong learning), al tratamiento centrado en el paciente permiten conseguir la autonomía que momentáneamente y siempre parcialmente se tambalea.
Roser Izquierdo, Psicóloga